Home Campus Virtual Cuaderno Décimo

Cuaderno Décimo

[PRIMER BORRADOR  PENDIENTE DE REVISIÓN]


CURSO:CLAVES PARA CULTIVAR COMPASIÓN


Cuaderno Décimo

Juan Manzanera

 

Una de las cosas que tenemos que mirar una y otra vez es cuando nos hacen daño. Si antes hablaba de los obstáculos a la Compasión, hemos hablado de los obstáculos internos; los obstáculos externos es cuando nos hacen daño. Tenemos que ser capaces de gestionar eso, y bueno, parte de la experiencia de la vida es que nos hacen daño, igual que nosotros mismos, aunqhe no queramos, muchas veces, hacemos daño. Es parte de la vida. Entonces, bueno, está bien entender cómo nos hacen daño, pero realmente, si no nos andamos con rodeos y vamos al final, la única opción cuando nos hacen daño, si queremos desarrollar la Compasión,  es no darle ninguna importancia, cero importancia. No hay más.

Si no somos capaces de hacer esto, tenemos que pensar y analizar cómo no hacen daño y entonces desmontar toda la construcción del daño de los demás. ¿Cómo puede ser que alguien me haga daño? Aquí, tenemos que tomar las enseñanzas de Sabiduría y, mientras más claro tengamos la sabiduría es más fácil. Recordamos lo que dice la Sabiduría. La Sabiduría dice: «Todo lo que sucede, todo lo que experimentamos es producto de innumerables causas y condiciones» Innumerables, no sólo una sino dos, tres, cuatro … innumerables; la gran mayoría están ocultas, son inconscientes, no tenemos la capacidad de verlas.

Así que, cuando alguien me hace daño, lo que esa persona hace, es sólo una condición entre innumerables. Culpar a esa persona, enfadarme con esa persona, no tiene ningún sentido si me doy cuenta de que hay muchísimas otras condiciones que han participado y están contribuyendo que no tienen nada que ver con esa persona. La persona dañina es sólo una condición. ¡Solamente una condición! Y, recordar, lo que dije antes, nosotros tenemos la habilidad, enseguida la mente se enfoca, se focaliza y solamente veo eso. Por ejemplo, solamente veo que a esa persona no le caigo bien. De repente la mente hace:¡Pum! y es lo único que existe, me olvido, niego, borro, ignoro todo lo demás que está contribuyendo a la experiencia.

Entonces ¿Cómo gestionamos el daño? Intentando mantener la apertura, intentando abrir la atención y hacernos conscientes de las condiciones. ¿Cómo es que, por ejemplo, que alguien hable mal de mí me hace daño? Si hacemos una indagación, alguna de esas condiciones, he dicho que hay innumerables pero, a algunas, podemos acceder a ellas.

Primera condición: La atención selectiva. Sólo veo lo que esa persona me ha hecho, no veo nada más. La atención sesgada, incompleta, ciega. No veo otras facetas de la persona, no veo sus necesidades, no veo sus miedos, no veo su historia personal, no veo sus tendencias, no veo sus expectativas, no veo nada. Sólo veo que esa persona hablaba mal de mí. Primera condición. Eso sería bastante simple pero la cuestión es que cuando me fijo en eso, la mente, mi mente, que es tan interesante, fabrica una historia de la persona.

Otra condición. Ya no es la persona que dijo algo de mí, es lo que mi mente fabrica, la historia, el relato que la mente me cuenta de cómo es esa persona. Segunda condición: veo a la persona de una manera que puede resultar agresiva dañina, peligrosa… lo que sea.

Siguiente condición: No me fijo en qué es lo que yo necesito de esa persona, ¿Qué es lo que la persona no me está dando?, ¿Qué es lo que yo esperaba?. La experiencia de daño tiene que ver con mi necesidad, con lo que yo necesito de esa persona, lo que yo espero que esta persona me dé; si no tuviera esa expectativa, esa necesidad, sería diferente.

Otra condición: Mis necesidades, otra condición: Mis expectativas. Otra condición: Mis miedos. Cuando alguien hace algo o dice algo me despierta ciertas inseguridades, ciertos miedos. Quizás que he vivido muchas veces, o quizás en el pasado. Lo revivo, lo vuelvo a revivir. No tiene nada que ver con esa persona, pero esa persona activa una historia mía, un miedo mío de toda la vida. 

También, mis creencias de cómo tienen que ser las cosas, de cómo tiene que comportarse la gente, por ejemplo, que los demás me tienen que respetar, me tienen que cuidar o no tienen el derecho de insultarme o lo que sea: Mis ideas, mis convicciones, mi forma de ver el mundo, que es una forma de ver el mundo que, a mí, me conviene y por eso me agarro a ella, porque me interesa, porque siento que así controlo todo y cuando alguien no cumple con esas normas que yo me he inventado, entonces siento que esa persona me lleva a una experiencia de no control, de inseguridad, de pánico, vértigo o lo que sea.

Y también, la imagen que tengo de mí, como he dicho antes, y la idea que tengo de mí, también es otra de las condiciones. Si cambio la idea que tengo de mí, que alguien hable mal de mí, o me insulte, no necesariamente me afecta.

Otra condición, muy interesante, muy importante para saber por qué me hace daño es cómo reacciono, mi reacción. En lugar de mantenerme en la experiencia, hay una reacción de rechazo, de aversión, de ira, de rencor, de enfado. La reacción hace que aparezca el daño. Esto es muy interesante, esto lo hemos visto todos. Tienes una experiencia con alguien que hace algo malo y estás muy tranquilo, en paz, y ,de repente, a los tres minutos lo piensas y empiezas a sentir ira, empiezas a sentir dolor: ¡Cuánto me duele lo que ha hecho! ¡Cómo me ha criticado! A los tres minutos, cuando empiezas a pensar, antes no. En el momento te puede chocar, te puede sorprender: ¿Qué está pasando aquí? pero no sientes dolor. Así que otra de las condiciones es la propia mente, la propia reacción, por ejemplo, si reacciono con rencor, con ira, aparece el daño. Entonces, si veo todas las condiciones, podemos seguir indagando ahí, todas las condiciones ¿Con quién me enfado?: ¿Con la persona que dijo eso?¿Con mi miedo? ¿Con mis necesidades? ¿Con mis creencias?¿ Con mi «yo»? ¿ Con quién? ¿Con todos a la vez?

Entonces, la cuestión es que si cuando experimento el daño soy capaz de hacer esta indagación, esta deconstrucción de la experiencia de dolor, eso me ayuda a gestionar el daño. Al procesar el daño  deja de tener ese poder, esa fuerza, no es que dejo de sentir la experiencia de dolor, sigo teniendo la experiencia de dolor cuando alguien me hace algo malo pero cambia completamente la forma de experimentarlo y me permite, que es lo importante, me permite la Compasión.

Así que, cuando nos hacen daño, tenemos que manejar muy bien, muy rápido, como tener mucha habilidad en manejar toda esta forma de pensar, antes de que nos controle la ira, el rencor, lo que sea. Y… seguro que nos van a hacer daño, seguro.

A mí, me gusta pensar: De aquí hasta que me muera, cuántas veces me van a hacer daño los demás, quinientas, mil veces. Pongamos mil veces. ¿Qué voy a hacer? Seguro que me van a hacer daño mil veces. ¿Qué voy a hacer? Voy a quejarme: ¡Qué mala es la gente! ¡Qué egoísta es! O voy a resolverlo. Cómo es algo que realmente va a ocurrir, entonces, si cada vez que me hacen daño, eso me va a frenar la Compasión, mi proceso personal de evolución y también va a frenar mi trabajo de sabiduría, pues el daño hace sentir el» yo» todavía más. Si esto me va a frenar, mi vida va a ser un desastre ¿no? Quiero ser capaz de enfrentar todo el daño que me espera. En lugar de esa idea optimista, positiva, ilusoria de que me va a ir muy bien en la vida, como yo medito muy bien, y medito en la compasión, me va a salir todo bien. En lugar de eso, pensar:¡ Me van a hacer daño.! Entonces ¿Cómo voy a hacer? tenemos que aprender a manejar muy, muy rápido. Igual que aprendes a multiplicar tres por dos ¿Cuánto es? Al principio cuando eres pequeño titubeas : Tres por uno es tres ¿Sí? ¿No? Sí, es tres. Tres por dos es igual a seis. Pero, luego, muy, muy rápido: tres por dos es seis

Resumiendo lo que he dicho: Primera cosa que me pregunto: ¿En qué me fijo de esa persona?

Segundo: ¿Qué es en lo que no me fijo de esa persona? Tercero: ¿Cómo podría haber sido mi vida para actuar de la misma manera con los demás? Lo siguiente: ¿A qué le estoy dando importancia en este momento? Luego, ¿Qué es lo que no aprecio en esa persona? ¿Qué es lo que no estoy valorando en esa persona? ¿Qué es lo que no veo en ella? Luego empezamos con lo personal: .-¿Cuál es en este momento mi miedo? .-¿Cuál es Mi necesidad? – .-¿Cuál es la convicción, la creencia que está haciendo que esto me cause tanto daño? .- ¿Cuál es mi expectativa ? .-¿Qué es lo que pienso de mí? Todo esto lo indagamos, una pregunta tras otra.

Luego: ¿A qué le estoy dando más importancia a la relación entre esa persona y yo o al «yo»? ¿ A qué le estoy dando más importancia a que haya armonía o al «yo»? ¿A qué le estoy dando más importancia a que haya amor y compasión o al «yo» ¿A qué le estoy dando más importancia a crecer y evolucionar o al «yo»? Toda esa indagación, de alguna manera, nos saca de esta situación, de estar atrapado en el «Me han hecho daño». Es verdad, duele pero no me quedo atrapado, pegado ahí. Bueno, así que, ahí, es dónde, cómo trabajamos eso. Hacer consciente eso.


Meditación: Encarnar el Amor  >>>