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Meditación, Dar y Tomar

[PRIMER BORRADOR  PENDIENTE DE REVISIÓN]


CURSO:CLAVES PARA CULTIVAR COMPASIÓN


Meditación, Dar y Tomar

Juan Manzanera

La meditación del dar y tomar es la meditación que más directamente representa, simboliza que la compasión es el resultado de estar en contacto con nosotros mismos, con lo que realmente somos. La compasión viene justamente de estar en contacto con la realidad, con lo que realmente somos.

Nosotros partimos del yo, de estar identificados con un yo, con una imagen, con la mente, y con lo que la mente dice, todo lo que la mente dice nosotros nos lo creemos, todo lo que la mente dice de los demás nos lo creemos, y estamos totalmente inmersos en eso. Entonces, este proceso de dar y tomar; de dar felicidad, tomar el sufrimiento, va a sanar esa relación con la mente, con el yo.

Lo interesante de esta meditación, nos obliga, más y más lo hacemos, nos obliga a contactar con nuestra esencia. Porque solamente podemos tomar el sufrimiento de todos los seres si conecto con mi verdadera esencia. Solamente puedo dar felicidad a todos los seres sin excepción, cuando conecto con mi verdadera esencia, cuando suelto el yo. El yo, como he dicho, siempre es limitado, es imperfecto, incapaz, no tiene nada que dar. Es todo lo contrario, es necesito esto, necesito lo otro, necesito seguridad, necesito control, necesito que me quieran. El yo es como muy, muy contraído.

Entonces, al entrar en el proceso de dar y tomar, nosotros vamos descubriendo algo que no nos imaginamos; hay un descubrimiento que, aunque lo sepamos intelectualmente es como que no lo vemos. El descubrimiento es que puedo transformar el mundo, el descubrimiento es que puedo tomar el sufrimiento de todos los seres y eso no me afecta en absoluto, no afecta a mi verdadera esencia. Ése es el descubrimiento.

Nosotros podemos saber intelectualmente: “Soy conciencia, soy lucidez, intangible, inaprensible» Todo muy interesante, muy bonito; pero cuando se trata del sufrimiento de los demás, no puedo con esto. Estamos siempre como a la defensiva, ¿no? No, aquí no voy porque aquí hay muy mala energía; aquí la gente no medita. No voy a estar aquí con esta gente. Es que yo quiero estar en la naturaleza primordial”.

Entonces esta meditación nos descubre, entramos en ella y no pasa nada. Tomo el sufrimiento de miles de millones de seres y mi naturaleza primordial está intacta, perfecta. Y puedo sanar el mundo, puedo llenar el mundo de felicidad, puedo dedicarme a transformar el mundo.

Entonces, por mucho que lo pensemos intelectualmente, no podemos darnos cuenta hasta que nos enfrentamos ¿sí?
Tú puedes, no sé, imagina que tienes miedo a dar una charla en público. La única forma de comprobar que puedes dar esa charla es enfrentarte y dar la charla. Por mucho que lo pienses, por mucho que te convenzas hasta que no haces la prueba no estás seguro. Lo mismo esta meditación. Hasta que no entro en el proceso, no puedo darme cuenta.

Este es el poder que tiene la meditación del dar y tomar.


MEDITACIÓN

Quiero que mi paso por la vida sea beneficioso para los demás, para esto voy a meditar.

Que todos los seres tengan la felicidad y sus causas, quiero contribuir a ello, para esto voy a meditar; que todos los seres estén libres del sufrimiento y de sus causas, quiero contribuir a ello, para esto voy a meditar; que todos los seres alcancen el gozo que trasciende al sufrimiento, quiero contribuir a ello, para esto voy a meditar; que todos los seres vivan en armonía y ecuanimidad, quiero contribuir a ello, para esto voy a meditar.

Lo primero que hacemos es visualizar en el centro del pecho como una masa negra, como alquitrán, algo muy denso, oscuro, feo, algo muy feo, (en el sentido de que no quiero verlo, no quiero tenerlo dentro), algo muy feo, imaginamos que son todos los obstáculos a la compasión.

Así pues, todos mis miedos, mis egos, mis personajes, todas mis creencias y perjuicios. Todo lo que juzgo en mí y por lo que me siento culpable, todo eso como una masa negra oscura. Y la idea es algo que quiero quitarme, todo esto, quiero sacármelo ya, sacarlo de mi vida. Eso es lo que queremos sentir.

Si todo esto es demasiado, a veces es mejor concretar, puedo coger, centrarme solo en una cosa, supongamos en un miedo. Entonces esa masa negra oscura es un miedo. O es un sentimiento de culpa, algo concreto. Podemos concretar, o podemos hacer un poco todo.

Y evoco la compasión; que termine el sufrimiento de todos los seres. Voy a hacer que esto sea así. Voy a hacerlo. Así que siento el deseo voy a liberar del sufrimiento a todos los seres, voy a hacerlo. Y empiezo, el modo de hacerlo ahora, el modo es tomar el sufrimiento de lo demás. Y voy a empezar imaginando aquí delante una persona querida, alguien a quien quiero, a quien aprecio. Y luego todos los demás seres.

Y empiezo a absorber el sufrimiento que se desprende de esa persona como un humo negro y entra por las fosas nasales y va al centro del pecho. Empiezo con una persona, e intento verlo con claridad, el sufrimiento que absorbo, con nitidez, y como al absorberlo lo que sucede es que empieza a deshacer esta masa negra, estos obstáculos a la compasión.

Puedo notar, reconocer, ahí cambia la relación con esta persona, de relacionarme desde el yo, esta persona me gusta porque a mí me da lo que necesito, cambia la relación, el yo es apartado, y tomando su sufrimiento justamente sobre el yo.

Ahora a continuación siento amor; deseo que esta persona sea feliz, deseo hacerle feliz. Ahora todo lo bueno que hay en mí, todas mis cualidades, mi potencial, mis capacidades, todo lo doy, lo entrego a esta persona y sale en forma de una luz blanca por las fosas nasales, y siento como lo entrego completamente, entra en su cuerpo. Querer algo para mí solo es alimentar el engaño, aquí no hay ningún yo que pueda poseer esas cualidades. Así que las doy a los demás.

Ahora quiero visualizar cómo esta persona que se llena de luz blanca, de todo lo bueno que hay en mí, cómo se va transformando. Y empiezo a ver a esa persona más feliz, pero sobre todo empiezo a ver como esta persona se transforma, va evolucionando, adquiriendo cada vez más cualidades, más incluso sabiduría, gracias toda la energía que le doy.

Así que también cambia la imagen que tengo del otro, de esa persona, de este ser, y le veo, quiero llegar a verle totalmente despierto, evolucionado, lleno de sabiduría, lleno de lucidez.

Entonces vuelvo a repetir el proceso, vuelvo a tomar, absorber el sufrimiento, vuelvo a dar. Así que estamos primero centrándonos en una persona concreta, en un ser querido, algo que sea fácil. Aún así con un ser querido, aún así es difícil, pero intento lo más posible rendirme al amor y la compasión. Es una combinación de dar y tomar, un equilibrio entre dar felicidad y tomar sufrimiento.

Así que a veces al tomar el sufrimiento surge miedo, y eso no es más que, es el yo, y lo que hago es seguir tomando el sufrimiento, la compasión de tomar el sufrimiento que sirva para disolver ese yo que tiene miedo.

A veces al dar felicidad siento que -yo no puedo, no tengo nada que dar-, de nuevo ese es el yo, y cuando tome el sufrimiento vuelvo, ese sufrimiento que tomo, esa compasión la utilizo para también diluir, disolver ese “yo no puedo, yo no tengo nada que dar”. Entonces más compasión, más energía positiva tengo y más puedo dar a los demás, vuelvo a tomar el sufrimiento, esa compasión, esa energía positiva que da, sirve para dar a los demás.

Entonces voy a empezar a traer otras personas, personas que voy recordando, imaginando aquí, absorbo su sufrimiento, veo como les libero, les alivio, lo absorbo sobre el egocentrismo, los obstáculos a la compasión. Así que los obstáculos a la compasión son los mismos obstáculos a la sabiduría. Los mismos obstáculos a la compasión son las mismas causas del sufrimiento.

Tomando y dando, siempre el equilibrio de tomar y dar, imaginando otras personas.

De modo que hay un dejarse llevar, un perder el control, es la compasión, el amor y la compasión, los que se hacen cargo, me dejo llevar, y me pierdo en esta energía de amor y compasión.

Visualizando con claridad como doy, de mí sale luz que hace felices, transforma, visualizo a cada persona que imagino, veo cómo se transforma, cómo evoluciona, despierta, va desarrollando cualidades como la gratitud, la ecuanimidad, el regocijo, el perdón, amor, compasión, generosidad, paciencia, ética, entusiasmo, lucidez, sabiduría, veo así a los demás, completamente diferentes.

El sufrimiento de los demás que absorbo, va debilitando, diluyendo todo eso que me frena, todo eso que me impide evolucionar y despertar. Esencialmente estar atrapado en la mente, eso es lo que se diluye. Eso es lo que la compasión de tomar el sufrimiento diluye.

Así que lo vamos a integrar en la respiración. Cuando inspiro es inspirar el dolor del mundo, cuando espiro es espirar felicidad, todo lo bueno que hay en mí lo doy al mundo.

Intento, hago el esfuerzo de ver a los demás diferentes, en ese estado más despierto, más evolucionado, a todas las personas, todas las personas que conozco, y todos los seres.

Empiezo también a incluir los que estamos aquí, ahora, en la sala, estoy inspirando aquí todo el sufrimiento de los demás, estoy dándoles toda mi energía positiva. Veo cómo se transforman, tengo esa visión, ese cambio de visión en los demás. 

Así que tengo esta visión final; todos los seres, todas las personas que conozco, les veo llenos de felicidad. La felicidad genuina que es evolucionar plenamente, con todas las cualidades, y despertar a la naturaleza primordial. Les veo así.

En el centro del pecho se ha disuelto completamente esta masa negra, se han disuelto todos estos egos, miedos, creencias, juicios, identidades. Se desvela esta realidad inefable, inconcebible que soy.

En esta presencia de la naturaleza primordial se descubre que esta visión; yo y los demás era una creación de la mente. Se descubre que el sufrimiento, el dolor del mundo siempre ha sido, el dolor del mundo siempre ha sido mi dolor, la felicidad del mundo, de todos los seres, siempre desde el principio, ha sido mi felicidad. 


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