Más allá de Mindfulness
La práctica de la Atención Plena o Mindfulness es extraordinaria. Avalada por cada vez más estudios controlados, se está viendo que no en vano ha perdurado más de 2500 años. Entre sus más importantes beneficios señalaría que, por una parte tiene el efecto de cesar la creación de sufrimiento y por otra, sirve de plataforma para la indagación hacia nuestra naturaleza primordial.
La cuestión es que no solo la vida tiene sus dificultades y retos, sino que además nosotros mismos la hacemos más complicada con nuestras reacciones emocionales, interpretaciones y engaños. Así, la Atención Plena es especialmente efectiva en atajar el sufrimiento innecesario que producimos nosotros mismos. Por otra parte, la idea de que somos individuos con ciertas posesiones, capacidades, experiencias y percepciones es una limitación incongruente con lo que realmente somos. El grado de plenitud que logramos depende conocer nuestra naturaleza primordial, y la práctica de la Atención Plena crea las condiciones idóneas para iniciar el proceso en que se desvela la verdad.
Desde otro enfoque, aunque somos expresiones ilusorias de lo primordial, estas expresiones pueden estar más o menos evolucionadas y buscaríamos la manifestación más elevada.
Los sondeos indican que las personas no dejamos de evolucionar cuando llegamos a la adolescencia sino que el proceso continua y pasamos a lo largo de la vida por diferentes fases. No obstante, también se señala que es poco frecuente encontrar personas que llegan a las etapas más evolucionadas.
Luego, en una segunda fase, empezamos a abrirnos a los demás y establecer lazos afectivos y lealtades. El servicio a los demás está mediado por compromisos y normas de lo que es correcto. Aquí sacrificamos nuestros impulsos como consecuencia de valorar la solidaridad y los vínculos con otras personas. Nos apoyamos en los demás y encontramos amparo en las personas que nos dan seguridad.
Una tercera etapa, que incluye a las anteriores, empieza cuando empezamos a sostenernos por nosotros mismos y tener criterios propios. Empezamos a saber lo que queremos independientemente de lo que diga la sociedad. Somos capaces de seguir nuestro destino sin rendir cuentas a los demás y al mismo tiempo seguir siendo respetuosos y leales con los compromisos y vínculos adquiridos. Aquí somos capaces de apreciar y respetar a las personas que son diferentes a nosotros. Hay un servicio a los demás que emerge de la propia convicción de que es algo importante y lleno de sentido.
La última etapa, más evolucionada, tiene que ver con reconocerse una creación impersonal sin realidad intrínseca, viene de la comprensión de que uno es interdependiente con el entorno. Hay una relación mucho más directa con la experiencia, uno se ve como alguien que forma parte de una realidad más amplia que le construye. Los conflictos de la vida son vistos como oportunidades para evolucionar más. Cuando se llega a esta etapa es el momento en que puede asimilarse la paradoja de que siendo todo una manifestación ilusoria de la conciencia es importante evolucionar como manifestación. Aquí, aportar lo más posible a los demás surge de un modo espontáneo, como la forma más coherente de vivir.
Como decía el gran maestro Shantideva, que demostró haber alcanzado los estados de máxima evolución: Mientras siga existiendo el espacio, mientras sigan existiendo seres, que hasta entonces siga yo existiendo y elimine el dolor de los seres.

Es una inmensa suerte que te tengamos cerca Juan,tú alcanzas ese porcentaje escaso al que llegan muy pocos,tú eres nuestro modelo y de ti aprendemos,desde ese otro lado que no exige conceptos ni razonamientos.Infinitas gracias por tu presencia compasiva y sabia,sin limites.
gracias Juan, siempre agradecida de tus enseñanzas.
un abrazo
Elena
Una vez oí que el mapa no es el territorio… Quizás sea verdad…, pero te doy las gracias por este sabiamente sencillo y organizado mapa… Lo necesitaba… Ahora adivinas las necesidades…? Bueno, igual sólo sabes escuchar…
Muchas gracias Juan. Ha llegado…
Delicioso y placentero leerte como siempre , Juan
Muchas gracias, Juan. Parece que siempre sabes lo que necesitamos. Muy agradecida por todo lo que nos enseñas, gracias. _/_
Que importante es, en un momento de tanto “ Fraude espiritual”: de haz esto y conseguirás aquello… encontrar un Maestro honesto, sincero, que sin buscar el halago, ni el elogio, nos señala el camino para aliviar el sufrimiento del mundo, más allá de nuestros deseos, necesidades y miedos.
¡Que afortunados somos!
Juan Manzanera, para mí, eres el “ Maestro de la Compasión”, gracias infinitas por transmitirnos tan valiosa Enseñanza, que contiene el poder de transformar nuestra vida.
_/_ Gracias Juan.
Atender que la dependencia e independencia son ambas caras del egocentrismo, cultivemos entonces, la interdependencia a través del darse cuenta de la ilusión en la que estamos inmersos, del sufrimiento latente por empeñarnos en mantener una mirada miope y egocéntrica.
Cultivar la apertura a los demás a través de un corazón en gratitud y generosidad por ser al unísono espejos y reflejos interdependientes, respetando las diferencias siendo tolerantes en la diversidad individual y colectiva, ecuánimes en las relaciones con los demás.
Presentarse en humildad y sencillez al servicio de la vida a través de gestos naturales desprovistos de toda arrogancia y superioridad, responder mediante palabras amorosas que nacen de la conexión en la escucha presencial con el otro, compartir herramientas útiles para gestionar las dificultades que se nos presenten.
Los limites son cosa de la mente, como bien nos dice el maestro "encarnar lo mejor de uno mismo"
Más allá… Vida
La compasión es el motor que mueve el mundo hacia su evolución, a una manifestación mejor y más amorosa de cada uno de sus individuos. Es la que hace que nuestros límites puedan expandirse y abarcar todo el universo. La compasión es tan natural como el dar vida a otro individuo de la misma especie. La compasión nos une, nos protege, cambia nuestra percepción de las cosas y la acerca más a la Realidad. La compasión nos impulsa a la búsqueda del origen del sufrimiento, para conseguir su cesación.
¡Que todos los seres encuentren la felicidad y sus causas! ¡Que todos los seres estén libres del sufrimiento y su causas verdaderas!