Desvelar lo inefable
La cuestión primordial es saber qué hay aquí, qué es verdad ahora. Podemos hablar y hablar, leer cientos de explicaciones y teorías, pero siempre está pendiente apreciar, en vivo y en directo, nuestra realidad última, lo que realmente somos, lo esencial de todo lo que existe.
Es una tarea personal; nadie puede hacerla por nosotros, que alguien haya encontrado la realidad no sirve de nada. Es uno mismo quien tiene que recibir el vislumbre. Cada uno tiene la responsabilidad de hacer el proceso.
Dice la enseñanza que la verdad es simple, inmediata y obvia, sin embargo las distracciones son tan potentes que se nos escapa.
Tan cerca que no lo puedes apreciar.
Tan profunda que no lo puedes aprehender.
Tan simple que cuesta creerlo.
Tan bueno que cuesta aceptarlo.*[1]
El problema es que la mente nos distrae. Perdidos en conceptos, pensamientos, imágenes y estados mentales no nos queda espacio para apreciar lo que hay aquí. La mente nos hace mirar a otro sitio. La atención está dirigida a todo lo que la mente crea y nunca a la realidad absoluta.
Creemos que vivimos en el mundo y que atendemos las cosas del mundo, pero sólo estamos mirando el mundo que la mente ha desplegado ante de nosotros. Lo cierto es que vivimos un mundo imaginario, puramente mental y cada uno de nosotros formamos parte de esa imaginación. Sobre la verdad se ha proyectado un facsímil de realidad muy convincente pero completamente vacío de contenido.
Nosotros mismos formamos parte de lo imaginario, y esto hace más difícil apreciar la verdad. Porque encontrar la verdad es desaparecer. Como el personaje de un sueño.
Imaginemos soñar ser un meditador que busca la verdad recluido en un monasterio. El meditador es un personaje imaginario, busca qué es real, pero él no es quien la encuentra, él no puede encontrarla. Al despertanos, comprendemos la realidad y el meditador desaparece. Luego, se recuerda el sueño y la verdad se desvela: el meditador sólo era la imaginación de la mente soñando. La realidad era muy simple, pero el meditador no podía encontrarla, él mismo era parte del engaño; sólo la podía apreciar la mente que despierta.
A la par que simple, resulta desconcertante. No puedes hacerte desaparecer a ti mismo. No puedes encontrar la verdad que eres sin desvanecerte.
Ante un proceso tan poco razonable es inevitable cometer numerosos errores. Por ejemplo, dejar de pensar, quedarse con la mente en blanco, controlar los conceptos y demás estrategias para manipular la mente son inútiles y contraproducentes. Solo es necesario descansar en la conciencia misma, todo lo demás es adentrarse más en el mundo ilusorio.
Maestros tibetanos que ya han recorrido este camino, han tenido la bondad de señalarnos algunas cosas que evitar puesto que no sirven para despertar:
Considerar la práctica de meditación como un estado libre de pensamientos en el que han cesado las percepciones de los seis sentidos es perderse en un estado de sopor.
Considerar la meditación como absoluta claridad, gozo y vacuidad y aferrarse a esas experiencias; entender la meditación como un estado neutral monótono sin conciencia.
Creer que meditar es dejar que todo suceda.
Hacer que meditar se convierta en fijarse en pensamientos como “todo es vacuidad”, “la naturaleza de la mente no puede aprenderse”, “todo es una ilusión”, “es como el espacio”,
Creer que pensar es un defecto que hay que inhibir.
Considerar que hay que descansar en meditación tras controlar los pensamientos y anclarse en un estado de atención”[2]
De modo que las indicaciones son muy claras. Esforzarse en librarse de los pensamientos no sirve para desvelar la verdad, ni tampoco entrar en experiencias de gozo, claridad o vacío. Tampoco funciona quedarse en un estado neutral ni dejar que todo suceda.
Además, fijarse en la idea de apertura, de espacio o de que todo es una ilusión tampoco ayuda, y controlar los pensamientos tampoco nos va a acercar a la verdad última. Por otro lado, ni siquiera funciona situarse firmemente en un estado de conciencia.
Lo más curioso es muchas de estas actitudes nos parecen lógicas. Si nos dicen que la mente es lo que interfiere en apreciar la realidad, sería lógico suspender la mente, buscar un estado sin pensamientos y permanecer ahí. Sin embargo, no sirve. Nada de eso nos acerca un ápice a lo que es real en este momento.
De modo que la gran pregunta es cómo descubrir la verdad, qué hacer. Pero por mucho que preguntemos o busquemos, y por muy decepcionante que nos resulte, en el fondo no existe ninguna respuesta satisfactoria. La cuestión es que no hay una manera, más bien se trata de parar y de dejar de buscar formas de lograrlo. Esto es sin duda, muy frustrante para cualquiera que se tome en serio el asunto, pero así es como funciona.
Parar y detenerse ahora es lo que hace posible apreciar lo inefable; es la condición imprescindible. Dicho de otro modo se trata de entregarse a vivir el momento presente.
No hay nada que hacer. Solo sea.
No haga nada. Sea.
Nada de escalar montañas ni de sentarse en cavernas. Yo ni siquiera digo: «sea usted mismo», puesto que usted no se conoce a usted mismo.
Solo sea.
Una vez visto que usted no es ni el mundo «exterior» de las cosas perceptibles, ni el mundo «interior» de las cosas concebibles, que usted no es ni el cuerpo ni la mente —solo sea. (Sri Nisargadatta Maharaj)[3]
Sin embargo, no es fácil entender lo que esto significa. La indicación de estar aquí en el momento presente puede entenderse de muchas maneras diferentes. Por ejemplo, la práctica de atención plena (mindfulness) sigue literalmente el ejercicio de poner conciencia en el presente; sin embargo, sólo es una preparación preliminar para vislumbrar la realidad. Como este, hay muchos ejemplos en los que estar en el presente no necesariamente conduce a una apertura profunda a la verdad primordial.
La cuestión, entonces, es entender qué significa parar, estar aquí y ahora. Qué quieren decir los maestros cuando sugieren esto.
Cada uno debe investigar en sí mismo qué significa la instrucción. Es un proceso que puede llevar cierto tiempo. Se trata de mirar ¿Qué es lo que hay aquí? ¿Qué es todo esto? ¿Cuál es la naturaleza de esta experiencia?
Una clave viene del maestro gran maestro Padmasambava:
El estado despierto de la iluminación es tu propia conciencia pura, despierta por naturaleza[4].
Cómo se produce la apertura es lo que resulta difuso. Parece haber un cierto consenso en que para cada persona es diferente y el modo de una persona no sirva a los demás.
Ahora bien, además hay una regla imprescindible y fundamental, que debe acompañar a este detenerse en el presente, es el anhelo de verdad. La pasión y dedicación con la que uno se enfrenta a este proceso de depuración.
Quienes poseen este deseo son escasos. Lo más frecuente es carecer de una verdadera necesidad, por lo cual esta dedicación a la realidad primordial suele ser más bien un proceso que puede llevar años. Empezamos con una cierta atracción por los temas espirituales o una insatisfacción con la vida ordinaria, y con el tiempo empezamos a apreciar la importancia de desvelar la verdad última. El efecto de este anhelo nos lleva a poner menos entusiasmo en las necesidades y satisfacciones del yo, y nos enseña vivir en la incertidumbre, apreciar la inseguridad y dejar de creer en un mundo feliz.
Así visto, el despertar no es en sí difícil, lo difícil es reunir las condiciones. Un antiguo texto nos recuerda lo cerca y lo simple que es:
Cheng Li, al pronunciar mi voto hace muchos eones,
pensé que había hecho que todo fuera más simple.
¿Por qué os esforzáis?
¡Soltad!
En todo el Canon Mahayana no hay mayor sabiduría que la Sabiduría de Soltar.
Vosotros, seres que buscáis liberación ¿por qué no soltáis?
Cuando tristes, soltad la causa de la tristeza.
Cuando enojados, soltad la ocasión de la ira.
Cuando llenos de codicia o lujuria, soltad el objeto de deseo.
Momento a momento liberaos del yo.
Donde no hay yo no puede haber ningún pesar ni deseo, nadie que llore ni nadie que codicie.
Ningún ser que muera o renazca.
Los vientos de las circunstancias soplan a través del vacío,
¿A quién pueden dañar?
NOTAS
[1]Tradición Shangpa de Mahamudra
[2] Tsele Natsok Rangdrol, Lamp of Mahamudra
[3] Sri Nisargadatta Maharaj, I am That
[4] Guru Rinpoche y Yeshe Tsogyal, The Instruction of Pointing the Staff at the Old Man
Cuando lo sientes y lo ves te das cuenta de que te debes a eso. Es como si tu alma te llevase a ponerte al servicio de esa verdad que eres. Pero cuando lo tocas, sólo lo tocas, y cuando vuelves a perderlo no entiendes qué es lo que te pasa.. ¿Cómo puede ser tan simple, estar tan cerca y a la vez estar tan lejos y parecer tan inalcanzable?. Parece imposible salir del samsara, por eso, porque somos samsara y no podemos dejar de serlo. Es como si esa ilusión que somos tuviera que dejar de ser, por un instante, para no ser y poder percibir eso que no necesita ser percibido, pero esto te distrae tanto que olvidas cual es tu prioridad dentro de este sueño. Todo lo que aquí ocurre, cada cosa que pasa, cada emoción es como un pegajosa telaraña que te atrapa y de la que no puedes salir, y emoción a emoción y acto tras acto, y momento tras momento de intentar despegarte, la vida se te va escapando y no consigues alcanzar eso que amas, porque te pasas el día perdiéndote. Te pierdes en Maya, esa Maya que eres tú misma.
Y al final sabes que no tienes nada que alcanzar porque no hay ningún lugar al que ir, porque todo está bien, no tienes nada que buscar, porque este sueño que somos es la conciencia y es la verdad. Pero lo que no es sueño, lo que hay fuera del sueño, lo que somos cuando no somos, es tan sublime. Y cuando lo percibes, todavía eres tú, hay algo tuyo, de esta ilusión que eres, y lo sigues viendo lejano y separado, aunque sientas que no hay nadie ni nada, hay algo en tí que lo percibe. Y ahí está el engaño en ese «hay algo en ti»…porque no hay tú… ni eso.. Pero sólo dura un instante, y enseguida lo percibes y al percibir, ahí está la separación otra vez, el engaño… y el dolor de «volver» de algún sitio que no existe porque nada te separa de eso…. pero vuelves a sentirte y no concibes estar aquí, entre telarañas.
Y sigue el engaño, el engaño de creer que esta vida se te escapa entre los dedos sin llegar a tocar la verdad, porque lo cierto es que no hay nada que tocar. Porque ya la estás tocando, porque tú eres la verdad, y no hay nada que buscar. Pero la sigues buscando.
Y quizás, al final, la vida se te escape entre los dedos sin alcanzar lo que amas y no pasará nada,porque cuando tú te vayas, Maya se irá contigo. cuando lo que eres aquí deje de ser, todo el Universo desaparecerá contigo. Y no pasará nada. Todo seguirá mutando e inalterable.
Pero aún sabiéndolo….¿cómo dejas de buscar?, ¿cómo dejas de querer evolucionar? ¿Cómo dejas de caminar hacia «eso» a donde no necesitas caminar?. Y es verdad Juan….está tan cerca…que duele lo indecible sentir que no puedes alcanzarlo. El engaño duele, aunque el mismo dolor sea un engaño.
¿Cómo dejas de buscar? Y lo más importante…¿cómo dejas de perderte?.
Gracias。 Infinitas。
Gracias Juan es muy bueno el artículo.Recuerdo que,hace años, haciendo terapia, un día me di cuenta de que el proceso mental de sumergirse en historias y dolores no tenía fín. Ese día abandoné las terapias.
Parece algo similar no?Y si dejo de buscar, qué pasa?quizá al parar sencillamente uno encuentre alguna luz.
Soltar es el camino. Si tropiezo, respiro y suelto ,y me doy cuenta, me reconduzco, me resitúo y sigo caminando. Es la Vida. …..
La integración del proceso es lo más importante, entonces lo sencillo es extraordinario y lo extraordinario sencillo.Bueno, al menos eso creo 🙂
Vaya! Según lo estoy leyendo me doy cuenta de que he cometido todos los errores que se enumeran en Lamp of Mahamudra 🙁 Pero sé que un día se desvelará la verdad. 😀
Esto es para Juan, no es necesario que sea publicado.
>más bien se trata de parar y de dejar de buscar formas de lograrlo.
No, no es esto. Sería un auto-engaño: «hago como que no lo busco pero en realidad lo busco de una manera más sutil». No funciona.
> Dicho de otro modo se trata de entregarse a vivir el momento presente.
No, no es esto. Y de hecho esto no es lo contraro de lo anterior. Uno puede estar en el momento presente y estar anhelando despertar.
Esto nos puede permitir generar el espacio donde todo sea más fácil que ocurra pero no es esto. Se reproduce el mismo error de E. Tolle de confundir la práctica post-despertar con aquello que ayude a despertar… por eso no funciona.
Si Tolle despertó en plena crisis suicida, ¿por qué dice a los demás que el secreto para ello es reposar en el ahora??? No tiene puies ni cabeza… ¿no?
Pero eso es lo que EL hace ahora tras despertar… eso es correcto… para él…
Sus seguidores no van a ningún sitio con eso.
>Se trata de mirar ¿Qué es lo que hay aquí? ¿Qué es todo esto? ¿Cuál es la naturaleza de esta experiencia?
Sí, sí es esto. Esto es prajna y es el camino base para el Despertar. Entendimiento, auto-indagación. Es por eso que es tan difícil reproducirlo…
Un abrazo y ¡adelante! ¡sigue ayudando! ¡Gracia!
Addendum:
>Considerar la práctica de meditación como un estado libre de pensamientos en el que han cesado las percepciones de los seis sentidos es perderse en un estado de sopor.
Es falso. Ok.
>Considerar la meditación como absoluta claridad, gozo y vacuidad y aferrarse a esas experiencias;
Ni falso ni cierto, es un efecto. Lo falso es aferrarse. Bueno, no es falso, eserá limitante post-despertar (antes del despertar da igual)
>entender la meditación como un estado neutral monótono sin conciencia.
Es falso.
> Creer que meditar es dejar que todo suceda.
Es falso… al principio… Luego no puede ser otra cosa.
> Hacer que meditar se convierta en fijarse en pensamientos como “todo es vacuidad”, “la naturaleza de la mente no puede aprenderse”, “todo es una ilusión”, “es como el espacio”,
Falsísimo, pero hay que conocer esas teorías, para poder indagar adecuadamente. El «no saber» tampoco sirve.
> Creer que pensar es un defecto que hay que inhibir.
Parcialmente falso. El pensamiento no controlado, reactivo sí lo es, es un defecto, pero no está en mano del practicante, inicialmente, corregir tal cuestión, Por tanto mejor decir que es falso. El pensamiento consciente no es ningún defecto.
>Considerar que hay que descansar en meditación tras controlar los pensamientos y anclarse en un estado de atención”
Hay que anclarse en un estado de atención pero no hay que controlar los pensamientos. Así pues una frase diabólica, deberían ser dos frases. Como ocurre con la segunda.
Quedo a tu disposición.
¡Otro abrazo!
Gracias por poder participar. Mi vida cambió cuando llegué a conclusiones tipo » la atención siempre está» y «todo es vida» . Ya está la atención. Mas allá de la distorsión está la atención que ya está. Entre dejar de luchar con lo que percibe mi mente y decirme que ya está, de algún modo todo encaja. Me pierdo cuando dejo de darle valor a
esta verdad o cuando no cojo el toro por los cuernos de la dificultad q se me presente para aprender. Me recuerdo que es de enorme valor está práctica y también me sucede que la pereza entre otras me quitan pasión. La pereza o duda ahora mismo las mando a tomar por saco. A ver cuanto me dura. La atención siempre está.
darme cuenta Qué estoy haciendo para negar una experiencia puede ser útil para estabilizar la mente. atender la lucha, el rechazo en sí mismo.. o preguntarlo ¿hay lucha? rechazo? A lo mejor a alguien le sirve para sufrir menos. Un saludo
Me he dado cuenta que he escrito en esta página con afán de protagonismo y también queriendo ver escrito aquello que me digo que conozco. También que todo lo que he escrito es cierto y sincero para mi. Hay mucha información interrelacionada en las lecturas. Para ver «qué es verdad ahora» en mi caso, pasa por sentirlo y por atender la mente en momentos difíciles para darme cuenta que son pensamientos que cambian entre lo que está sucediendo. Igual para mí otras indagaciones hasta ahora me resultan más complicadas. Seguiré leyendo para aprender y sobre todo estar ya conectada a lo que hay. Gracias y un saludo.