Vibrar en la compasión

26 Ago

Vibrar en la compasión

loto


Cuando la atención está puesta en el sufrimiento que padecemos todos y sentimos la necesidad de hacer algo para eliminarlo, decimos que estamos sintiendo compasión. Aunque el término realmente denota un sentimiento de conmiseración hacia quienes sufren penalidades y desgracias, aquí le damos una acepción mucho más amplia. Al hablar de compasión estamos hablando de una sensibilidad al sufrimiento, un anhelo de hacerlo desaparecer y un compromiso de conseguirlo. Todo ello forma parte del concepto.

La compasión es lo que hizo enseñar a los maestros, lo que hizo que tengamos acceso a métodos para calmar la mente y vivir en paz, sin ella, los maestros no habrían enseñado. De manera que si tenemos algunos recursos es gracias a su deseo de que ahora no suframos. Ocurrió hace cientos de años, todavía no habíamos nacido; sin embargo, muchos enseñaron pensando en las futuras generaciones, en ofrecer un método para que las gentes que vinieran tuviesen paz. Fue un acto de compasión.

Esa es una de las bellezas de este estado. Produce tanto beneficio y los resultados son tan abundantes que muchísima gente está dando un sentido a su vida gracias a él. Es muy importante mantener esta corriente desarrollándola también nosotros. Por las futuras generaciones, por todos los que vendrán en el futuro.

Nuevamente, el mayor impedimento es el miedo a sufrir más. Parece que si nos hacemos sensibles al sufrimiento de los otros vamos a tener que soportar una carga mayor a la que tenemos. A menudo pensamos que la vida ya es suficientemente difícil como para aumentar nuestro haber. En esto podemos apreciar una confusión acerca de lo que realmente nos daña. El sufrimiento no viene de fuera, nada externo lo puede traer; al contrario, viene de nuestro modo de relación con las cosas y personas. Ayudar a los demás, de hecho, nos libera de nuestro egocentrismo y potencia nuestras cualidades.

La compasión es muy necesaria en todas las etapas de desarrollo personal.

Lo que al principio nos impulsa a dar un salto de conciencia es ver nuestro sufrimiento y el de los demás. Generalmente, una crisis personal o lo que vemos a nuestro alrededor. Es un momento de mucha fuerza que nos transforma y nos lleva a modificar nuestros valores y creencias. Luego, cuando vemos lo costoso que resulta cambiar la mente y empezamos a perder ímpetu, la compasión nos empuja a seguir con entusiasmo. Es decir, cuando vemos la infelicidad a nuestro alrededor, sentimos la necesidad de tener recursos para hacer algo, y continuamos desarrollando la mente.

Al final del proceso es cuando tiene mayor relevancia. Cuando alcanzamos la quietud interna y nos desembarazamos de todas las fantasías mentales lo más fácil es quedarse en el puro gozo de la realización. Esto nos lleva a no encarnar la experiencia en nuestra vida y dejar el camino inacabado. Sin embargo, cuando vemos que los demás sufren, el interés en transmitir nuestras bendiciones al mundo hace que la realización se materialice. De este modo llegamos al más elevado grado de realización del ser humano.

En la siguiente meditación se emplea el mantra de la compasión. Un mantra es la vibración de nuestra energía interna más sutil; es decir, no son algo ajeno a nosotros sino algo muy ligado a nuestro ser. Su repetición sirve para proteger la mente y, al mismo tiempo, estimular y activar nuestra naturaleza esencial.

El mantra de la compasión OM MANI PEME HUM, Es uno de los más empleados en El Tíbet y se dice que recitándolo ochocientas veces temprano por la mañana, nunca se cae enfermo, ni siquiera por contagio; además, te pone en una disposición para atraer riqueza y éxito en los negocios, y tanta protección que nadie te puede hacer ningún daño.

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